Soy un lector indeciso, y además, analizo
demasiado. Por eso, cuando Isaac Basaure (a quien agradezco mucho esta
oportunidad) me preguntó por mis cuentos favoritos, sentí como si me estuviera
pidiendo cuáles salvar de un incendio.
Después de pensarlo mucho, me he
decidido. He tratado de explicarlo. Desde las sensaciones que me provocaron,
pero también desde lo que cada historia me enseñó como lector (y escritor).
Cada entrevistado aporta aquí su propia
colección de cuentos favoritos igual de válida que la mía, que abarcan géneros
tan diversos como el terror, la ciencia ficción, la fantasía e incluso relatos
de la realidad más inmediata. Me he centrado en aquellos que mejor definen mi
forma de pensar y de escribir. Como sucede con todo arte, estas selecciones son
subjetivas, pero al mismo tiempo se puede discernir la fina línea de
similitudes que las vertebra.
En broma suelo pensar que, si en el
futuro distante alimentan a una red neuronal perfecta con estos relatos, algo
muy semejante a mi vería la luz. Pero claro, no estoy preparado para la idea de
que una réplica mía alcance la inmortalidad. Es probable que Internet (o la
civilización) se haya terminado antes. Centrémonos en el presente.
Así que aquí está: una introducción a mi
córtex cerebral, una selección de lo que considero mis cuentos favoritos.
Grandísimas historias se quedarán fuera, pero espero que estas sirvan como una
buena representación de lo que me mueve y también consigan despertar algo de
interés en otras personas:
Johnny Mnemonic - William Gibson
Johnny Mnemonic es valioso porque en él, Gibson abrió la puerta a todo un nuevo género: el ciberpunk. La historia trata de un mensajero de datos con un implante cerebral (Johnny) y una guardaespaldas (Molly) envueltos en una conspiración mortal. Un perfecto ejemplo del “high tech, low life” que define el ciberpunk: samuráis callejeros, ninjas aumentados con implantes, corporaciones despiadadas y un trasfondo de supervivencia feroz en la nueva economía de la información.
Su estilo, densamente cargado, ofrece
detalles sensoriales minuciosamente seleccionados que convierten cada lectura
en una experiencia absorbente. La intensidad de sus imágenes y la oscura pasión
que las anima se despliegan como hologramas. Los protagonistas son perdedores,
buscavidas, marginados: figuras que operan al margen de un sistema implacable.
Con este lenguaje afilado y rápido, Gibson nos sumerge de lleno en una burbuja
de datos, emociones, impulsos sensoriales y oscuros motivos. Las escenas de
acción fluyen más rápido que los sentidos del narrador, atrapando al lector con
un desconcierto inmersivo.
Lo asombroso del cuento es también la
riqueza implícita en las capas subterráneas de su narrativa y todo el mundo que
construye alrededor. Imagina un iceberg de implicaciones que apenas se muestra
en la superficie, pero cuya masa oculta no podemos dejar de contemplar a medias
entre la fascinación y el horror mientras nos dirigimos inexorablemente hacia
él. Este es el futuro que Gibson define.
La muchacha que estaba
conectada -
James Tiptree Jr. (Alice Sheldon)
James Tiptree
Jr., seudónimo de Alice Bradley Sheldon, es una de las escritoras más
fascinantes, proféticas y valientes de la ciencia ficción. “La muchacha que estaba conectada” combina el característico manejo
suyo de la emoción humana (y femenina) con la especulación tecnológica.
El relato cuenta
la historia de una joven deforme y enferma, P. Burke, que se presenta
voluntaria a un implante cerebral que le permite experimentar la vida a través
de Delphi. Delphi es una muñeca vacía y perfecta, un cuerpo biológico diseñado
para ser estrella mediática y creado por la corporación con la que firma el
contrato P. Burke (necesitan alguien que la “pilote”). P. Burke sacrifica así
su propia identidad para que Delphi sea amada por sus millones de fans,
negándose cada vez más a salir a su cuerpo y afirmar su existencia.
La voz narrativa que abre la historia
casi en segunda persona tiene un ápice de rebelión y reproche al mismo tiempo (“Escucha, zombi. Créeme.”). Como si
nosotros, los lectores, fuéramos no solo testigos, sino culpables de la
tragedia de P. Burke. Enfatiza la brutalidad global del mundo corporativo y
cómo este despoja a la chica de su identidad bajo el deseo de una vida
perfecta. Una alegoría perfecta de nuestros días.
Tiptree logra integrar esta voz con un
trasfondo crítico sobre cómo la obsesión con las apariencias, las redes
sociales, los influencers y el precio de la fama. Relevante durante su
publicación en los años 70 y, de manera sorprendente, también actual. Diez años
antes que William Gibson y el Ciberpunk.
Cada vez que leo esta historia, tengo la
sensación de que podría haberse escrito hoy mismo. Y eso dice mucho de ella.
Señores del desgobierno - M. John Harrison
Harrison combina lo sublime y lo sombrío
con una destreza que transforma la lectura en un viaje hipnótico.
Basado en el universo de Viriconium,
ampliado a través de las novelas de M. John Harrison, este cuento encapsula el
tono decadente y melancólico de una Tierra postapocalíptica medieval. La trama
sigue a Lord Cromis y sus soldados, que llegan a la granja fronteriza del Greba
de Yule para evaluar las defensas y satisfacer la obsesión de Cromis por el
paisaje y la biblioteca de la granja. Aunque hay indicios de un lento asedio,
este permanece ambiguo, como si el verdadero conflicto no estuviera en el
exterior sino en el deterioro interno de la granja y en la desesperanza de sus
habitantes. Esa ambigüedad, acompañada de la maestría de las descripciones,
construye un relato magistral.
A través de esta atmósfera, Harrison crea
una narrativa tanto opresiva como extrañamente hermosa. Los detalles del
entorno (estructuras desmoronadas, paisajes salvajes, adornos y artilugios
desenterrados) y también las relaciones tensas entre los personajes la
refuerzan. Sin embargo, lo que más destaca es su maestría para esbozar
personajes multidimensionales en unas pocas páginas. Mediante detalles precisos
y minuciosamente seleccionados (gestos, reacciones o interacciones con su
entorno y los demás), cada figura emerge como un retrato psicológico complejo.
Es una historia que en mi caso me invita
a volver una y otra vez, ya sea para aprender de la sutileza de sus detalles,
para estudiar la construcción magistral de sus personajes o simplemente
disfrutar de una de las prosas más evocadoras del género.
Aprendiendo a ser yo - Greg Egan
Vertiginoso. Absorbente. Inquietante. Así
es como definiría este cuento.
Greg Egan siempre desafía al lector a
empujar los límites de su imaginación y razonamiento. Sus relatos son un
ejercicio intelectual que exige un esfuerzo pleno, y “Aprendiendo a ser yo” no
es la excepción.
La historia nos traslada a un futuro en
el que a los seres humanos, desde el nacimiento, se les implanta un dispositivo
conocido como “La Joya”. Este implante, conectado al cerebro, aprende a
replicar sus patrones electroquímicos hasta que, con el tiempo, sustituye por
completo las funciones del pensamiento, facilitando así la inmortalidad. A los
30 años, el cerebro se retira y La Joya permanece como último reducto de la
consciencia. En esta sociedad, donde el reemplazo es la norma, el protagonista
comienza a plantearse preguntas inquietantes: ¿dónde termina el cerebro y
comienza la Joya? Con ecos de la Paradoja del Barco de Teseo, Egan disecciona
el concepto de identidad.
Breve pero impactante, “Aprendiendo a ser
yo” nos lleva a cuestionar todo lo que damos por sentado sobre nuestra
naturaleza.
Los que se alejan de Omelas - Ursula K. Le Guin
Un cuento que se lee en tan solo 10
minutos, pero que te deja reflexionando durante 10 años. Es una historia que
recomiendo a todo el mundo, sin importar sus preferencias literarias.
En una ciudad utópica de deslumbrante
belleza, abundancia y alegría, los habitantes disfrutan de una felicidad
absoluta. Sin embargo, no puedo decir más para no estropear la experiencia.
Para ello tendréis que leerlo.
La prosa de Le Guin es rica, evocadora y
envolvente. Invita a imaginar la utopía de Omelas de una forma tan vívida que,
casi sin darnos cuenta, quedamos atrapados en el dilema ético de su existencia.
Lo más poderoso que ofrece es la ambigüedad deliberada: el narrador omnisciente
de Le Guin no da explicaciones ni emite juicios. En su lugar, deja que sea el
lector quien reflexione y saque sus propias conclusiones después de leerla.
Con “Los
que se alejan de Omelas”, Ursula K. Le Guin construye una parábola ética y
nos pone frente a un espejo. Nos hace replantearnos las concesiones que estamos
dispuestos a hacer para sostener nuestra propia comodidad. Es imposible salir
de Omelas sin cambiar para siempre.
The Things - Peter Watts
Peter Watts ofrece una reinterpretación
magistral de la película The Thing de John Carpenter, pero contada desde la
perspectiva de la criatura. Para The Thing, la asimilación no es una invasión o
destrucción, sino una forma de conexión y evolución: la integración de otras
formas de vida en su colectivismo biológico. Con una fuerte base científica, Watts
describe a esta criatura como un explorador cósmico que encuentra
incomprensible y aberrante la naturaleza individualista de la consciencia
humana.
La voz introspectiva y envolvente destaca
por su capacidad de subvertir nuestras expectativas de terror al
"Otro", mostrando a la criatura no como un monstruo, sino como un ser
con intenciones que él mismo considera mesiánicas y benévolas. ¿Nos suena de
algo? Con esta inversión, The Things explora nuestro miedo a lo desconocido y a
cualquier visión que no se amolde con la nuestra.
Como muchas de sus otras obras,
lamentablemente no cuenta con una traducción al español. Tarde o temprano
llegarán, porque Peter Watts es uno de los autores más revolucionarios e
interesantes de los últimos años. Mientras tanto, la historia es accesible de
forma gratuita en inglés en la famosa revista de ciencia ficción Clarkesworld: https://clarkesworldmagazine.com/watts_01_10/
El reconocimiento - J.G. Ballard
En este cuento, J.G. Ballard fusiona el
dato escondido y la perspectiva en un entorno cotidiano hasta que ambos se
entrelazan de manera inquietante y surrealista. Es un relato que, como todo lo
que escribe Ballard, provoca una incomodidad que se queda contigo mucho después
de terminar de leer.
En “El
Reconocimiento”, un circo triste y decadente llega al pueblo. Está encabezado
por un enano y una mujer de edad indefinida que parecen arrastrar consigo una
derrota y un hastío inmenso. Los animales permanecen ocultos, pero un olor
desagradable y extrañamente familiar emana de las jaulas. El protagonista,
inexplicablemente atraído por este circo, se encuentra en una espiral de
fascinación y desasosiego que amenaza con atraparlo.
Revelar más
detalles sería traicionar la experiencia de leerlo. En un espacio breve,
Ballard no solo construye una atmósfera opresiva e hipnótica, sino que también
nos da una lección sobre las claves de un gran cuento: conciso, absorbente y
con un desconcierto que persiste mucho después de haberlo terminado.
Roog - Philip K. Dick
En su primer cuento publicado, Philip K.
Dick ejemplifica su talentosa capacidad para hacernos dudar de la realidad.
La historia, contada desde el punto de
vista del perro Boris, parece tratar de sus intentos de advertir a sus dueños
sobre unos recolectores de basura, a quienes percibe como individuos siniestros
a los que llama "Roogs". Digo “parece” porque una simple narrativa
sobre la lealtad animal y los malentendidos esconde una exploración en capas de
la paranoia, la percepción y la naturaleza de la realidad. Estos son temas
centrales a lo largo de la obra de Dick. ¿Son los “Roogs” acaso ordinarios
basureros o acaso algo más oscuro? ¿Tiene Boris razón?
La narración de Dick es un caleidoscopio
de realidades en competencia. Y "Roog" sienta las bases de las
inquietudes existenciales que definirían más adelante su carrera. Nos obliga a
confrontar la fragilidad de nuestra propia percepción y a considerar cómo los
filtros de la mente modelan nuestra realidad. Es un relato que, pese a ser
extremadamente simple y breve, marcó el inicio de una perspectiva literaria que
cambió la ciencia ficción para siempre.
El juego de la rata y del dragón - Cordwainer Smith
Como amante
gatuno, no podía dejar fuera esta historia. Publicada en 1955, es una de las
muestras más representativas del estilo inconfundible de Cordwainer Smith
(seudónimo de Paul Myron Anthony Linebarger) y su visión singular de la ciencia
ficción. Esta se caracteriza por la mezcla de lo extraño y lo profundamente humano
en un contexto casi mitológico.
El cuento
pertenece al universo de “Los Señores de la Instrumentalidad”, una cronología del futuro que se va
expandiendo en el tiempo. En él, tras siglos de viaje y evolución, la Humanidad
se enfrenta a los problemas derivados de su propia diversidad y los peligros
que esconde el gigantesco universo.
En “El juego de la rata y el dragón”, Smith
imagina una humanidad que utiliza gatos no solo como compañeros, sino como
guerreros indispensables en las peligrosas travesías interestelares. Los
“dragones”, unas entidades demasiado rápidas para los humanos, atacan las naves
y destruyen las mentes de los tripulantes. Sin embargo, conectados
telepáticamente a sus compañeros humanos y desde otras naves más pequeñas, los
gatos perciben a estas criaturas como ratones y son capaces de enfrentarse a
ellas con precisión y ferocidad. Este vínculo no es puramente práctico: es una
unión espiritual y emocional que convierte a los gatos en aliados e iguales, en
hermanos. No meras herramientas.
La riqueza del
universo de Cordwainer Smith no solo radica en su worldbuilding, sino también en su habilidad para plantar metáforas
y mitos. Su voz convierte el futuro distante en un pasado aún más lejano,
narrado desde un futuro que no podemos ni imaginar. Recomiendo “El juego de la rata y el dragón” porque
sigue siendo un clásico atemporal que mezcla lo épico con lo íntimo. Y si eres
amante de los gatos, todavía te gustará más.
Sueño - Haruki Murakami
Haruki Murakami es un maestro en capturar
el surrealismo escondido en lo cotidiano y explorar las profundidades del
subconsciente. En “Sueño”, una mujer deja de dormir, pero, en lugar de sentirse
agotada, experimenta una lucidez desconcertante. Este estado la lleva a
cuestionar su vida: ¿por qué abandonó su pasión por los libros y el chocolate
para encajar en el rol de “buena ama de casa”? A medida que ajusta su rutina a
esta nueva claridad mental, redescubre una parte de sí misma que creía perdida.
Narrado en primera persona, Murakami nos
sumerge en la mente de la protagonista con un estilo ágil y envolvente. Con una
intensidad brutal, plasma sus pensamientos más íntimos mientras realiza las
tareas de casa y relata las fisuras de su vida cotidiana.
“Sueño” es una reflexión sobre el papel
de las pasiones personales frente a las obligaciones impuestas y, como muchas
de las obras de Murakami, hipnotiza al lector hasta el final.
El canto del crepúsculo - Lester del Rey
Este cuento breve
y alegórico destaca por su capacidad para transmitir una poderosa reflexión con
una simplicidad contundente. La historia, que no es necesario tomarla
literalmente, sigue a una misteriosa criatura fugitiva que busca refugio en un
planeta idílico de un extremo de la Vía Láctea mientras huye de unos
misteriosos “Usurpadores”. Sin embargo, lo que comienza como una fábula de
supervivencia pronto revela un giro transgresor, uno que cuestiona uno de los
pilares fundamentales compartidos por muchas culturas: el presente y futuro de
la humanidad en el cosmos y su importancia o excepcionalismo ante las normas
que lo rigen.
Cuando fue publicado, “El canto del crepúsculo” sorprendió y
escandalizó a los lectores. Aunque su impacto pueda parecer menor ahora, es
importante recordar el marco cultural en el que fue escrito y también su
naturaleza alegórica. El cuento desafió los dogmas establecidos, demostrando el
potencial de la ciencia ficción para incomodar y abrir nuevos horizontes de
pensamiento. Eso, junto a su brevedad, me hacen incluirlo en esta lista.
Exhalación - Ted Chiang
Deslumbrante es la palabra. Ted Chiang
nos transporta de repente, sin explicaciones a un universo habitado por una
raza de seres mecánicos impulsados por el aire. Narrado en forma epistolar de
una entrada en el diario de un científico, el protagonista describe la
disección de su propio cerebro para descubrir el funcionamiento de su mente y
otros enigmas.
La historia no solo se centra en el acto
científico, sino también en la reflexión filosófica. Chiang inventa toda una
raza de seres mecánicos, la racionaliza y convierte el análisis técnico de su
“biología mecánica” o funcionamiento en un poema sobre la fragilidad de la
vida.
La voz, en este caso, está impregnada de
una mezcolanza de asombro científico y melancolía, logrando que la historia
trascienda su premisa mecánica para convertirse en una metáfora universal. Una
sobre nuestro deseo de entender el mundo antes de que sea demasiado tarde.
LEE A LA SOMBRA DE DOS REACTORES EN RUINAS
https://www.premioanubis.com.ar/2024/12/a-la-sombra-de-dos-reactores-en-ruinas.html
Sitio web del autor: https://antoniogarber.com/